Fue fundada por 126 mujeres y hombres desmovilizados del conflicto armado que combatían en las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR) en Petén. Fueron asentadas en una finca en Santa Ana, Petén donde no existían las mínimas condiciones. Sin viviendas, agua potable ni electricidad, con unos suelos de muy baja productividad y sin ningún capital ni bienes propios, estas familias acostumbradas a luchar se organizaron y desarrollaron un modelo de cooperación solidario que cambió el curso, dando origen a Nuevo Horizonte y sirviendo de ejemplo a las comunidades que se encuentran en el departamento y a nivel nacional.
Al llegar a Nuevo Horizonte, se comenzó una nueva vida con casi nada: sin posesiones, sin vivienda, sin agua potable, ni electricidad. Originalmente, la productividad del suelo en la cooperativa era muy baja.
La reorganización se logró mediante la creación de comisiones: